miércoles, 21 de agosto de 2019

Fin de una era: Adiós al Fokker en Argentina

Hace poco menos de un año atrás, cuando publiqué sobre la desprogramación del TC-52, había escrito lo siguiente: "Pero lastimosamente todo tiene un final, y luego de (casi) 45 años de servicio, no volverá nunca más a surcar los cielos, no volverá a deleitar a los amantes de la aviación con el inconfundible y ensordecedor rugir de sus turbinas. De este modo, ya solo queda una aeronave Fokker F-28 en servicio en el país, matrícula TC-53, la cual será dada de baja, de no haber inconvenientes, en Septiembre del 2019...". 
Bueno, ese inconveniente se materializó el pasado viernes 16/08, cuando luego de un vuelo entre Córdoba y El Palomar se efectuó una revisión a la aeronave y se detectó una fisura de magnitud considerable en uno de sus planos, lo que hacía riesgosa su operación, sumado a la corrosión en uno de los tanques internos del ala, por lo que se tomó la decisión de darla de baja en forma definitiva, marcando así el fin de varias eras en nuestro país: el fin de la era F-28, el fin de la era Fokker (pues el F-27 fue desprogramado años antes), y el fin de la era del transporte a reacción en la Fuerza Aérea Argentina. 
Es el fin de un SdA de gran importancia para la FAA y para el país, y tal como ocurrió con otras aeronaves, se fue sin un reemplazo, a causa de la desidia de los diferentes gobiernos en cuanto a la defensa del país, sus Fuerzas Armadas, y los medios de los que disponen. Así, continúa perdiendo capacidades y desangrándose poco a poco, y será aún peor en caso de un cambio de gobierno a fin de año (siempre trato de no mezclar la política en mis publicaciones, pero en este caso es algo que no se puede dejar de lado, pues viene de años de abandono).
Este avión, Fokker F-28 Mk-1000C Fellowship (cn: 11.020), fue fabricado por la extinta compañía holandesa Fokker, habiendo realizado su primer vuelo un 17 de marzo del año 1970, con el registro  PH-ZAP.  Fue comprado por la Fuerza Aérea Argentina, y llegó al país en mayo de 1975, recibiendo el registro militar que lo acompañó hasta su último vuelo,  TC-53,  asignado a las aeronaves de ala fija destinadas a las tareas de transporte y carga dentro de la fuerza, de allí las siglas TC. Además de su función como transporte militar, fue asignado a cubrir algunas rutas de LADE, la línea aérea de fomento dependiente de la FAA. 
Un veterano y muy noble avión, que con casi 50 años se despidió definitivamente de los cielos de nuestro país, aunque no de la manera en que se lo merecía.
¡Hasta siempre Fokker! Se lo va a extrañar, y mucho...

Foto: Bruno Castañeira - SAAR AIR ROS

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