Después de 44 años de servicio ininterrumpido, llega el
final para el avión leyenda en la Guerra de las Islas Malvinas y orgullo de la
industria nacional: el FMA IA-58 Pucará. Una nave creada en la década de 1960
por la Fábrica Militar de Aviones (hoy FAdeA) y que voló por primera vez en
1969, incorporándose a la Fuerza Aérea Argentina en 1975. El nombre Pucará deriva
del idioma quechua, y significa “fortaleza”, estando relacionado con la gran
cantidad de armamento que puede cargar, entre ametralladoras, cañones, las tres
fijaciones para armamento externo (2 en las alas y 1 bajo el fuselaje), misiles
aire-tierra y bombas.
Según informó el Jefe de la III Brigada Aérea, Comodoro
Darío Quiroga, a medios de prensa locales, el sistema de armas FMA IA-58 Pucará
será dado de baja el próximo día 4 de octubre en una ceremonia a efectuarse en
la III Brigada Aérea, unidad de asiento del Grupo 3 de Ataque al cual están
asignados los últimos Pucará que aún prestan servicio en la Fuerza Aérea. Tras
la baja, dicha Grupo de Ataque quedará íntegramente equipada con aeronaves
Embraer EMB-312 Tucano.
El Comodoro Quiroga también informó que el día domingo 6 de
octubre se efectuará una jornada de puertas abiertas en dicha unidad, ubicada
en la localidad de Reconquista, al norte de la Provincia de Santa Fe. Será
durante toda la jornada para que la comunidad pueda ver de cerca y despedirse
de tan emblemática aeronave. Además, habrá varios stands y demostraciones de
otros sistemas de armas. Se contará con uno o dos Hércules, y otras aeronaves
que acompañarán la despedida del Pucará.
La aeronave fue creada con la tarea específica de ataque y
de apoyo a las tropas terrestres y cumplió con creces su función. Fue utilizado
en la provincia de Tucumán por la Fuerza Aérea Argentina durante la Operación
Independencia contra la guerrilla subversiva (1975/1976) y en la Guerra de las
Malvinas para misiones de apoyo aéreo cercano a fuerzas terrestres, ataque de
campamentos y helicópteros británicos. Allí, bajo condiciones climáticas
extremas, combatieron en diversas misiones hasta el último día de la guerra, recibieron
disparos de todo tipo y lograron ser valorados por su enemigo por su gran
capacidad de combate en esas condiciones. Un total de 14 aviones se perdieron
en combate y otros 11 fueron capturados durante el conflicto. También fue
utilizado en combate de contrainsurgencia por la Fuerza Aérea Colombiana y por
la Fuerza Aérea de Sri Lanka. Su otro operador fue la Fuerza Aérea Uruguaya,
pero no tuvo su bautismo de fuego con ella
Luego de varias décadas de servicio en nuestro país y en el
extranjero, con varias acciones de combate sobre las espaldas, y por la
cantidad de horas de vuelo que tienen los motores, el avión cumplió su ciclo y
se retira en forma definitiva, no sé si
decir “con honor”, pues se va sin un reemplazo de sus mismas características y
capacidades.
Se despide un orgullo de nuestra industria nacional, un
emblema de nuestra Fuerza Aérea, y un avión extraordinario para los que amamos
la aviación y tuvimos la suerte de conocerlo de cerca.
A continuación comparto algunas fotos que pude tomar en
diversas oportunidades:
Se repite así, una costumbre no muy grata desde 2015 a la fecha: despedir armas sin mostrar reemplazo
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