En esta oprtunidad les traigo unas fotos que encontré buscando en internet de los aviones que protagonizaron dos de los peores accidentes aéreos de la historia argentina, juntos en el Aeropuerto El Pucú en el año 1997.
Se trata del McDonnell Douglas DC-9-32 LV-WEG de Austral Líneas Aéreas y el Boeing 737-200 LV-WRZ de LAPA coincidiendo en horarios en nuestro aeropuerto en una buena época en que Formosa recibía vuelos diarios de Austral (DC-9), Aerolíneas Argentinas (737-200), LAPA (737-200) y Alta (Beechraft 1900).
Estas aeronaves habrán coincidido muchas veces en Aeroparque, Córdoba, Mendoza u otros aeropuertos con mucho tráfico, pero que hayan coincidido en nuestro aeropuerto, y que hayan podido ser retratadas es notable.
Vuelos 2553 de Austral
El McDonnell Douglas DC-9-32 LV-WEG, cumpliendo con el vuelo 2553 de Austral Líneas Aéreas se precipitó a tierra en el pequeño pueblo de Nuevo Berlín, a 32 kilómetros de Fray Bentos, Uruguay, el 10 de octubre de 1997. Como resultado de este accidente fallecieron 74 personas (todos sus pasajeros y tripulantes).
El avión, que iba de Posadas a Buenos Aires, debió desviar su recorrido a través de Fray Bentos para eludir una tormenta. De acuerdo a la grabación de la caja negra,
el indicador de velocidad comenzó a bajar a un valor que resultaba
peligroso a esa altura, por lo que los pilotos aumentaron la potencia de
los motores. Dado que el indicador de velocidad seguía bajando, el
piloto contactó al Centro de Control de Area ( A.C.C.) Ezeiza, para que
le autorizara el descenso. Al no recibir respuesta en tres intentos,
decidió, tal como lo habían entrenado, desplegar los slats
para no perder sustentación. Sin embargo, al hacerlo uno de ellos se
desprendió casi instantáneamente, causando una asimetría en las alas que
provocó que el avión hiciera un trompo y cayera en picada en cuestión
de segundos.
De acuerdo a la investigación realizada por las Fuerzas Aéreas argentina y uruguaya, el tubo de Pitot
se habría congelado al atravesar una nube y no habrían funcionado ni
los mecanismos de descongelamiento ni la alarma que previene de la
situación (grave irregularidad en el mantenimiento de la aeronave que
llevó a múltiples cuestionamientos a la administración de la aviación
civil argentina, por parte de la Fuerza Aérea Argentina). Al desplegar
los slats, uno de estos se desprendió dado que mientras el indicador de
velocidad marcaba una velocidad en descenso, en realidad los pilotos
habían subido la potencia hasta llegar a los 1100 km/h,
muy por arriba de la velocidad de crucero de este tipo de avión. En
plena caída, la grabadora de datos registró un aumento de velocidad de
300 a 800 km/h en tres segundos, lo cual solo puede indicar un repentino
descongelamiento del tubo de Pitot. Se estima que el avión cayó
perpendicularmente a una velocidad de 1200 km/h, dejando un cráter de 70
metros de largo y 10 de profundidad.
Vuelo 3142 de LAPA
El B737-200 LV-WRZ de LAPA, cumpliendo con el vuelo 3142 con destino a la ciudad de Córdoba, se estrelló el 31 de Agosto de 1999 en el Aeroparque Jorge Newbery a las 20:54 hs.
Al iniciar la aeronave su carrera de despegue comenzó a sonar una alarma a la que los pilotos hicieron caso omiso. Esa alarma indicaba que los flaps
se hallaban retraídos, lo que les impidió despegar pese a haber
superado la velocidad mínima que habían calculado que necesitaban para
hacerlo. Imposibilitados de frenar antes del fin de la pista por la velocidad que traían, continuaron la carrera fuera de ella, rompiendo luego las vallas del perímetro del aeropuerto,
cruzando una avenida, arrastrando en su trayecto a un automóvil que
circulaba por ella, para terminar colisionando sobre unas máquinas
viales y un terraplén. La pérdida de combustible sobre los motores
calientes y el gas expelido por la rotura de una planta reguladora de
gas existente en el lugar provocaron el incendio y destrucción total de
la aeronave.
En el accidente murieron 65 personas (63 de las 100 que iban en el avión y 2 mas en tierra), mientras que 34 resultaron heridas (17 de gravedad).
La Junta de Investigaciones de Accidentes de Aviación Civil
(JIAAC) determinó que se había tratado de un error de los pilotos al
olvidar configurar el avión correctamente para el despegue. Sin embargo,
la investigación penal
abierta se centró posteriormente en probar que la cultura organizativa
de la empresa y la falta de controles por parte de las autoridades de la
Fuerza Aérea
fueron factores causales del accidente, permitiendo, por ejemplo, que
el piloto volara con su licencia vencida. Es por ello que la acusación
imputó a algunos de los máximos directivos de la empresa LAPA y a los
funcionarios de la Fuerza Aérea responsables de los controles y obtuvo
que la causa fuera elevada a juicio oral.
La sentencia dictada el 2 de febrero de 2010 absolvió a todos los
funcionarios de LAPA procesados con excepción de Valerio Francisco Diehl
(Gerente de Operaciones) y Gabriel María Borsani (Jefe de Línea de
Boeing 737-200), a quienes condenó a tres años de prisión en suspenso,
por considerarlos penalmente responsables del delito de estrago culposo
agravado por cuanto "elevaron el riesgo permitido, al haber decidido
ascender el 9 de diciembre de 1998 al piloto Weigel en el puesto de
Comandante de avión B 737-200, desatendiendo las características de
vuelo negativas que se presentaban en forma recurrente a lo largo de su
carrera profesional, evidenciadas en su legajo técnico, las cuales se
vieron reflejadas el día del accidente".
También afirmó que la orientación dada a la investigación, en cuanto a
que se llevó a cabo "desde un parámetro amplio de cultura de inseguridad
de la empresa, fue un error que generó un enorme dispendio de esfuerzos
y tiempo".
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